sábado, 6 de febrero de 2010

Cafeína

Vierto el agua en la taza, 1 cucharada de café y 3 de azúcar. Abro el tabloide y me dispongo a leer los suplementos dominicales, tomo asiento para realizar la faena de manera cómoda.
Mis ojos se entretienen en la editorial, entretanto mis dedos danzan con la cuchara.
Primer sorbo.
Mano derecha voltea la página, mano izquierda baja la taza.
Se crean olas negras dentro de mi boca al saborear mi dulce adicción, mi garganta es abrazada por aguas cálidas.
Segundo sorbo.
Mano derecha voltea la página, mano izquierda revoluciona el café de forma horaria.
Llego a la sección de desempleados en busca de mejoras económicas que agobian mi vida social, encontrando propuestas que no me satisfacen.
Tercer sorbo.
Mano derecha voltea la página, mano izquierda martilla la cuchara contra la taza.
La cafeína hace un tour por mi sistema nervioso, acelerando mis movimientos y pensamientos. Se me hace tarde para ir a la universidad, dejo la taza en la mesa, me levanto de mi silla y enrumbo para la casa de estudios.
Mi pie izquierdo persigue al derecho, en un carrera donde la meta es la bodega: "1 lata de café, por favor".