Este hecho ocurrió en JesúsMaría en navidad del 2011:
Frunera: Joven, ayudeme con un centavito para el bebe.
En ese momento se escuchó esta canción.
Saca de su vestido un celular.
Frunera: Aló, sí, ahorita te lo mando al Bekam, ajá al frente del Santa Rosa, ya chau. Anda rapido que tu mamá te esta esperando al frente del hospital, corre.
Hoy, después de mucho tiempo, hubo ausencia de calor nocturna. Desapareció la incomoda sensación del sudor que abraza mi cuerpo, el aire gélido fue recibido con entusiasmo. Los amigos de siempre me acompañaron en la odisea por el frappe moccha, binomio perfecto en ese momento. Se sortearon autos, gatos techeros, perros y sus recuerdos escatológicos, huecos, avenidas oscuras, muchachos con sus skates, gente tomando taxi, gente tomando licor, gente fumando y gente caminando. Hubo amago de lluvia mientras se avizoraba la niebla, el frappe moccha daba alivio a mi cuerpo que estaba caliente por la caminata, así se evitaba el sudor mientras sorteábamos los obstáculos urbanos y recordaba al Padrino cantar "Ai se eu te pego" a vista y paciencia de unos turistas brasileños. Los sorbos de frappe seguían y pasamos por un casa vieja que era vigilada por unas gárgolas felinas. El Krasi hizo gala de sus habilidades como fotógrafo y retrató a los gatos, llamó a su obra "El terror de los motorratones".
Gargolas felinas
Al acabar el frappe ya estábamos en la casa del Clandestino, los recuerdos de tiempos mejores se hicieron presentes.
Los planes para un futuro promisorio aparecieron horas más tarde.